lunes, 26 de enero de 2015

Un hidalgo Mad Max andino


A falta de Sancho, un Interceptor MFP o un Ford modificado F-150. A falta de armadura, un cinturón Sam Browne de cuero con correa para el hombro con llave inglesa incorporada, una ganzúa, binoculares y un cuchillo de combate II Marcos, en una de las botas. Soy un buen salvaje, quijotesco, sí, pero algo cansado de las confusiones de Cortés, Colón o André Thevet. Y cuando digo cansado, es dicho a lo Max Rockatansky. Por las dudas, ningún Rocinante resulta herido en el rodaje de mi road-movie.

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