sábado, 31 de mayo de 2014

Seguí con el vaso pegado a la pared, escuchando. Oí correr el agua de la ducha.

Los flujos de sónido parpadean debilmente en el hueco. El  hielo fino está crujiendo como un cristal y su fractura, haciendo como el suelo-mirador en forma de rampa resbaladiza en el alto de un rascacielos. 

En una capa adyacente la historia cambia, un lago congelado con sonidos casi imperceptibles pero constantes, cada vez más dentro, ruido de crecimiento y destrucción de los cristales. 

Esa fase pertenece a la disolución de los conductos orgánicos sin cortafuegos. Ahora podriamos bajar pero la escalera está cortada. Los cimientos de lodo están empezando a alzar la ceja de las sombras. El incendio se extiende a pasos agigantados, el humo inunda los pulmones.



Amplifico la senhal como un buceador abisal que encuentra nuevas frecuencias. El cable está tenso. Escuchen esa secuencia de sonidos que caen, como una enorme burbuja negra con humedas promesas mitad encarnadas "de criar carne cuando va sanando una herida" y mitad congeladas creando un recubrimiento interno.

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