martes, 18 de febrero de 2014

LA ESPIRÍTICA

Las obsesiones espíriticas son las obsesiones propiamente dichas, las que se originan de la actuación de los Espíritus desencarnados. Tenemos, como primera subdivisión, las simbiosis en grados diversos, procesos muy antiguos de uniones de mentes perturbadas. Para estudiarlas, vamos a compararlas con las que ocurren en la naturaleza.

De hecho, simbiosis es un proceso común en los reinos inferiores y en el organismo humano.

En el hombre, por ejemplo, existen simbiosis fisiológicas, en las cuales microorganismos se albergan en el tracto intestinal de sus hospederos, apropiándose de sus jugos nutritivos, mas generando sustancias útiles a la existencia de los anfitriones.

Conforme elucida André Luiz, ocurre también desde el punto de vista espiritual y, en ese proceso, el encarnado se entrega inconscientemente al desencarnado que pasa a controlar su existencia, sufriendo temporalmente su dominio y a cambio, de cierta forma, queda protegido contra el asalto de influencias ocultas aún más deprimentes.

Vamos a estudiar algunos tipos de simbiosis en el reino vegetal y animal para poder comparar con las que ocurren a nivel mental.

La simbiosis puede ser útil, y explotadora: cuando esa expoliación posee alto grado de vampirismo tenemos la parasitosis, otra modalidad de la asociación, mucho más dañina para el hospedero.
En la simbiosis útil , tenemos como ejemplo la que existe entre el hongo y el alga, en la esfera de los líquenes en que las hifas o filamentos de los hongos se introducen en las gonidias o células de las algas y proyectan en su interior ciertos apéndices, equivaliendo a complicadas uniones, efectuando la succión de las materias orgánicas que el alga elabora por medio de la fotosíntesis.

El hongo le roba la existencia, y en compensación el alga se muestra protegida por ella contra la pérdida de agua y de ella recoge por absorción permanente, agua y sales minerales, gas carbónico y elementos con nitrógeno, motivo por el cual los líquenes consiguen superar las mayores dificultades del medio.

Entre tanto, el proceso de semejante asociación, puede extenderse a circunstancias completamente nuevas. Es que si dos líquenes estructurados por diferentes hongos, se encuentran , pueden vivir, uno al lado del otro, con un tallo común, por el fenómeno de la parabiosis o unión natural de individuos vivos.

De esta manera, la misma alga puede producir líquenes diversos con hongos variados, pudiendo también suceder que un liquen se transfigure de aspecto, cuando una de las especies de la micología ( tratado de los hongos) se sucede a otra.

Otro ejemplo de simbiosis útil la encontramos en ciertas plantas leguminosas que guardan sus tubérculos en las raíces, cuyas nudos albergan determinadas bacterias del suelo que realizan la asimilación del nitrógeno atmosférico, proceso por el cual éstas plantas se hacen muy valiosas para el terreno, devolviéndole el nitrógeno gastado en el servicio.

ORÍGENES DE LA SIMBIOSIS MENTALES

Las raíces de éste problema van unidas al propio desarrollo del principio inteligente. Al llegar a la etapa hominal, emergiendo de un largo proceso evolutivo en los reinos inferiores, este principio ya se transformó en alma, ganando el derecho de generar el pensamiento de forma ininterrumpida. A partir de ahí, se inicia el proceso conocido como MENTOSSINTESIS , basado en permutas: el alma emite las propias ideas e irradiaciones, asimilando las irradiaciones e ideas ajenas.

Como medio de mantenerlo estimulado a la experiencia terrena, la Providencia Divina, lo impregnó del deseo de adquirir los bienes terrenos y el afecto . Con la muerte física, el alma se siente debilitada y afligida por constatar que todos sus sueños de propiedad y afectividad fueron interrumpidos.

Arrebatado de los que más ama y aún incapaz de entender la transformación del cuadro doméstico del cual fue alejado, se revuelve normalmente contra las lecciones de la vida a que es llamado, en plano diferente, y permanece fluidicamente unido a los que se le afinan por la sangre o por los deseos, compartiendo sus experiencias. Desde las mas remotas eras, “aprendió automáticamente a respirar y a vivir yuxtapuesto a la respiración y al calor ajenos”.

Fue así que surgió la simbiosis de las mentes. El alma amedrentada ante la muerte, esa gran incógnita, se vale de la receptividad de los que lloran su pérdida y se demoran unidos a los que más ama.

(...) La simbiosis espiritual existe entre los hombres, desde las eras mas remotas, en procesos de mediumnidad consciente o inconsciente, a través de los cuales los llamados “muertos”, traumatizados o ignorantes, débiles o indecisos, se aglutinan en gran parte en el “habitat”, de los llamados “vivos”, participando de sus existencias, absorbiéndoles parcialmente su vitalidad, hasta que los propios Espíritus encarnados, con la fuerza de su propio trabajo, en el estudio edificante y en las virtudes vividas les ofrezcan material para mas amplias meditaciones(...)

A través de ello, se habilitan a la necesaria transformación con la que se adaptarán a nuevos caminos y aceptarán nuevos encargos, al frente de su propia evolución, rumbo a esferas mas elevadas.

DIVERSAS MODALIDADES

Como vimos la simbiosis es un proceso común en los reinos inferiores y en la vida biológica humana, extendiéndose a las mentes.

En la simbiosis espiritual, como vimos, el encarnado se entrega inconscientemente al desencarnado, pasando éste a controlar su existencia, sufriendo el encarnado temporalmente su dominio, y a cambio, de cierta forma, queda protegido contra el asalto de influencias ocultas aún mas deprimentes.
Semejantes procesos de asociaciones son muy empleados por la mente desencarnada, aún vacilante, en la existencia del más allá de la tumba.

André Luiz resalta: Sintiendo la receptividad de los que lloran su pérdida, la mente recelosa permanece unida a los que más ama.

Cual hongo que proyecta para dentro de los tejidos del alga apéndices dominadores, con los cuales le succiona gran parte de los elementos orgánicos por ella misma asimilados, el Espíritu despojado de su vestidura física lanza habitualmente, para el interior de los tejidos fisio-psicosomáticos de aquellos que lo asilan, las emanaciones de su cuerpo espiritual, como raíces alargadas o sutiles palancas de fuerza, substrayéndoles la vitalidad, elaboradas por ellos en los procesos de biosíntesis, sosteniendo, a veces, largo tiempo, en esa permuta viva de fuerzas.

Tal como se verifica entre la alga y el hongo, la mente encarnada se entrega, inconscientemente, al desencarnado que le controla la existencia, sufriendo temporalmente su dominio, hasta cierto punto, pero, a cambio, en la tapa en que se reviste de excesiva sensibilidad, pasa a vivir, en cuanto perdura semejante influencia, necesariamente protegida contra el asalto de fuerzas ocultas aún mas deprimentes.

Por ese motivo, aún hoy, en plena actualidad, encontramos los problemas de la mediumnidad evidente o de la mediumnidad irreconocible, resaltando a cada instante, inteligencias nobles íntimamente prisioneras de cultos extraños, en materia de fe, las cuales padecen con las ideas de terror, ante la perspectiva de apartarse de las entidades familiares que dominan sus mentes a través de palabras o símbolos mágicos, con vistas a engañosas ventajas materiales. Esas inteligencias huyen deliberadamente al estudio que las liberaría del cautiverio interior, cuando no se muestran apáticas, en peligrosos procesos de fanatismos, inofensivas y humildes, pero desviadas del proceso que le s garantizaría la renovación.

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