Pero no bastaba con declarar que todas mis actividades académicas quedarían bajo la Cátedra Domingo Sánchez Blanco. Tenía que dar a conocer a la institución quién era el aludido. Nada mejor que una conferencia-performance en el auditorio del Campus Juan Gómez Millas, donde cerca de trescientas personas fueron a entender los por qué de los por qué. Por otra parte, el abarrotamiento no fue cosa fácil, veníamos saliendo de un terremoto y las réplicas hicieron lo suyo durante bien avanzado el año. Durante mi presentación el crujido de las estructuras le dieron ese no se qué ad hoc a la aventura en la que me embarcaba. Digamos que todo salió como esperaba, entre confusos y desconcertados conmigo pero nadie indiferente con quién era Domingo Sánchez Blanco.
viernes, 12 de junio de 2015
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