Desaparición
En 1974, Acosta desapareció en el transcurso de un viaje a México. Su hijo, Marco Acosta, cree haber sido la última persona en hablar con su padre. En mayo de 1974, Acosta llamó a su hijo, y le contó que estaba "a punto de subir en un barco lleno de nieve blanca". Marco diría más tarde, en referencia a la desaparición de su padre: "Nunca se encontró el cuerpo, pero suponemos que probablemente, sabiendo la gente con la que él estaba involucrado, terminaría fanfarroneando, metiéndose en una pelea y haciendo que le mataran".De acuerdo con el obituario de Acosta escrito por Thompson, titulado "Fear and Loathing in the Graveyard of the Weird: The Banshee Screams for Buffalo Meat" ("Miedo y Asco en el Cementerio de los Raros: El Banshee grita por carne de búfalo"), Acosta era un gran abogado y orador pero sufría una adicción a las anfetaminas y bastante predilección por el LSD-25. El obituario alterna entre lo mordaz y lo tierno, pero en conjunto transmite el sentimiento de que Acosta fue un hombre que sentía que estaba condenado al martirio y destinado a ser un mesías, pero se sentía frustrado por su incapacidad para llegar a serlo. El artículo fue la respuesta de Thompson a los rumores de que Acosta estaba vivo en algún lugar cerca de Miami.
Citas sobre Acosta
Oscar no era demasiado peligroso en la lucha callejera, pero era un infierno sobre ruedas en una pelea de bar. Cualquier combinación de un mexicano de 250 libras y el LSD-25 es una potencial amenaza terminal para cualquier cosa que pueda alcanzar -pero cuando el supuesto mexicano es en realidad un abogado chicano profundamente cabreado sin temor a ninguna cosa que ande con menos de tres patas y un suicida de facto con la convicción de que va a morir a la edad de 33 - Igual que Jesucristo - tienes un pedazo de trabajo duro en tus manos. Sobre todo si el hijo de puta ya tiene 33 años y medio y la cabeza llena de ácido Sandoz, una Magnum .357 en la cintura, un chicano guardaespaldas hacha en la mano pegado a él en todo momento, y un hábito desconcertante de proyectar géiseres de vómito de pura sangre en el porche delantero cada 30 o 40 minutos, o cada vez que su úlcera maligna no puede manejar ni un ápice de tequila más.
Hunter S. Thompson, Rolling Stone 15 de diciembre, 1977
En cada siglo hay unos pocos individuos que están destinados a liderar a los débiles, a tener unas creencias impopulares y, lo más importante, que están dispuestos a morir por su causa. La vida entera de mi padre estuvo dedicada a luchar por "el pueblo".
Uno de los prototipos de Dios. Un mutante de alto poder de algún tipo, ni siquiera considerado para ser producido en masa. Demasiado raro para vivir, y demasiado raro para morir.
Hunter S. Thompson, Rolling Stone 15 de diciembre, 1977
Marco Acosta
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