En https://soundcloud.com/search?q=cagon%20and%20crista Dejamos la mansión del Dr. Sgalpa, con el temor de que aquellos organismos inteligentes fluorescentes no nos rastreasen en nuestra ruta hacia el puerto principal de la isla. El profesor había enjaulado varios ejemplares de tigre de bengala y tenia una pareja de rinocerontes autóctonos que se creían desaparecidos. Notamos como todos los halcones del patrón se habían empezado a picar unos a otros de forma inexplicable, por lo que dedujimos que debíamos salir de nuestro escondrijo lo antes posible. Ya en el puerto y siguiendo las instrucciones de nuestro contacto islenho nos calentamos con un poco de la bebida alcholica local, un ron muy pungente y extremadamente aromatico. Desde aquella taberna nos indicaron el nombre de nuestro barco.
LA EMBARCACIÓN "BETAWI"
Saliendo de la isla de Java, dejamos un instersticio libre como una burbuja en la isla más poblada del mundo
sacamos todos los libros en cajas, algunos se echaron a perder con la humedad de aquel sotano de barco lleno de chatarra griega.
Más tarde cuando llegabamos al golfo de Bengala, nos dimos cuenta que el navegador inexistente del barco fantasma nos atrapaba pegados al arco de sonda. Cegamos nuestras identidades cuando tuvimos que amarrar en aquel atolón y aprovisionar el vientre lleno de hierro de peces pelágicos y bentónicos con palangre de fondo y de superficie. Al mismo tiempo el capitán, mitad filipino mitad de borneo susurraba algo en aquella radio sarrosa mientras que el resto de miembros de la tripulación trabajaba afanosamente por cargar el pescado y reparar los danhos estructurales sufridos en la quilla y especialmente en el bulbo de proa del barco, estos fueron causados por una de las tormentas suaves a las que nos enfrentamos unas 60 millas dejando la segunda isla al norte de Java.
Además de los científicos coreanos vestidos como turistas japoneses, habia dos militares vietnamitas con uniformes de la marina neozelandesa, sirviendo de ligazón con nuestros ridiculos disfrazes de jugadores de rugby. El reciclaje y el trueque en las diferentes islas había resultado de gran ayuda para autocamuflarnos del verdadero propósito de nuestra misión. El cabrestante arrastro el cable de fibra óptica sumergido, a lo largo de 12 millas sobre aquel lecho marino. La pendiente abrupta del fondo inquietaba por aquel ruido estridente del motor que a su vez tensaba mas el cable de acero y deformaba el cilindro.
Dos días más tarde estabamos situados bajo el punto exacto designado 14 anhos atrás por el visionario y mentor del proyecto Fosker-Nulf Da 807
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