Los cementerios, tumbas, sepulcros, etcétera, a pesar de su imagen y aspecto muchas veces tétricos, en cierta manera han sido asimilados en la cultura popular como signos de buena suerte. Así por ejemplo, una de las creencias que durante largo tiempo estuvo muy extendida fue la de los poderes mágicos y curativos que tenía la tierra de las tumbas de los santos o de aquellos que murieron prematuramente y que eran identificados con los ángeles. En la Edad Media está documentada una cita de Beda el Venerable, en la que se nos dice que “muchas personas cogían tierra de la tumba de San Osvaldo, y, mezclándola con agua, la daban de beber a los enfermos y éstos se curaban”
viernes, 6 de septiembre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario