Un trader recientemente me habló de un problema interesante. No tenía ningún problema en ganar dinero durante la sesión de trading. Su problema consistía en conservarlo. Básicamente seguía operando hasta que sus beneficios desaparecían. Tras repetir este patrón un día tras otro, se quedaba con la frustrante sensación de ser un trader con talento que no tenía nada para mostrar que demostrase su talento.
Su problema recae en un área que los neurocientíficos cognitivos llaman “inhibición de la respuesta”. La inhibición de la respuesta es la capacidad de suprimir acciones que ya no son útiles, para que la atención y el comportamiento puedan canalizarse de forma más fructífera en alguna otra parte. La inhibición de la respuesta cerebral para el control ejecutivo y es una función de la corteza frontal del cerebro: sin la capacidad de evitar comportamientos no deseados, no podemos dirigirnos en busca de metas significativas.
Las personas con el trastorno de déficit de atención o hiperactividad tienen especialmente problemas con la inhibición de la respuesta; parece que esto es al menos en parte una característica hereditaria. Esto plantea la interesante posibilidad de que las personas estén programadas de forma distinta para la inhibición de la respuesta, con distintos grados de control. También sugiere que, al igual que los niños con TDAH pueden aprender habilidades relacionadas con la atención y el seguimiento de reglas, las personas pueden ser capaces de aprender la inhibición de la respuesta como si fuese una habilidad.
Generalmente consideramos que los simuladores de trading nos enseñan las capacidades necesarias para operar. Para algunos, no obstante, su valor puede ser mayor como herramientas para aprender a no operar. En otras palabras, pueden utilizarse los simuladores para ejercitar las capacidades de auto-control. Una forma de conseguir eso sería limitar el número de veces que el trader puede pulsar los botones del ratón durante la sesión de trading: si sólo puede introducir un número limitado de operaciones, la tarea del trader se convierte en buscar las mejores oportunidades en las que hacer clic. Más importante aún, el trader aprende a *no* hacer clic en las situaciones ambiguas: a inhibir la respuesta de trading.
Es habitual escuchar a los traders describir el trading como 90% psicología. Podría ser, no obstante, que la mayor parte del trading sea neurología: que dependa de nuestra programación para controlar, razonar e inhibir la respuesta de forma adecuada. Los programas de entrenamiento enseñan a las personas a realizar operaciones; algunos traders, no obstante, podrían beneficiarse igualmente de un gimnasio de la mente que les entrenase a no entrar en acción a destiempo.
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