viernes, 30 de mayo de 2014
el sonido en la arquitectura y sus aparentes frisos
amplificad el mundo del silencio y el ruido ensordecedor que pulula en la sala desgastada, vigilante y gritona. escuchar tu corazon y revolverse el estomago. arrastramos el ruido como una lata atada al rabo de un perro. no se discute, no se deja vacia la incognita en el paladar. el silencio no quiere decir soledad. amplificamos el silencio, hacemos crecer los colores del sonido del espectador y de nuestra especie en esta naturaleza de miedos y curiosidades, cortejos decisivos para el estallido del ruido personal, arrancamos los sonidos de floracion espontanea para no ocultar nada en el interes de fusion y sintesis para un instante final. la inercia del vacio es una fiesta de calcetines, bragas, sostenes con la luz rota que atraviesa los tejidos por precipitadas derivas en un amable jardin que solo espera subir el volumen y conmemorar el tiempo de fiesta. la obra bruta, asperamente analizando el acontecimiento extraño. la mitica del ruido y la obra terrorifica quitan el molesto plomazo del pasado, así como deshacerse del propósito de perfeccionamiento, que no es mas que para el buen nombre artístico y una fórmula para obtener aprobación y prestigio.
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