miércoles, 3 de noviembre de 2010
2 PARTE DE LA DE DIOS DE PARTES
SOFÁ Y RODAJAS DE JAMÓN COCIDO
Esta es una variante algo más elegante de la clásica práctica de meterla entre dos cojines de un sofá. Consiste en aprovechar la hendidura entre dos cojines para encajar dos rodajas del típico jamón cocido que se compra en el supermercado. Con dos rodajas se puede hacer un símil de vagina bastante apañado, una única rodaja doblada si eres lo bastante mañoso, pero yo preferí la versión deluxe y añadí una tercera para dotar al asunto de mayor verosimilitud. Confieso que al principio estaba un poco nervioso, y por eso hinqué ahí la minga sin pararme a pensar en cómo iba a funcionar la cosa. Bueno, si cerrabas los ojos decididamente aquello daba la sensación de ser una vagina; creo que fue la tercera rodaja, doblada entre las otras dos, la que contribuyó a crear la sensación. El único problema fue que no pude dejar de pensar en los bocadillos de jamón cocido que mi madre me preparaba para merendar cuando yo era pequeño. Le quitó romanticismo al acto.
Nivel de placer: 8/10
Dificultad: Disponer las rodajas no debería ocuparte más de un minuto, pero quitar después la grasilla que el jamón cocido deja en los cojines es una putada.
Vileza y/o sofisticación: ¿Vileza? Alta. El jamón cocido es uno de los tipos de carne con menos clase del mundo. El hecho de que lo combináramos con un sofá de cuero negro, que tampoco es que tenga mucha clase, hizo que la prueba alcanzara buena puntuación en el medidor de bajeza.
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