miércoles, 23 de septiembre de 2009

SMS. Funcionalidad en la Babel invertida (II)

Habitamos en una conversación, la de la realidad global, que prepondera la confluencia internacional de las lenguas en una sola (el inglés por el momento) y la estandarización de un lenguaje líquido y en constante modificación a nivel nacional. Sin embargo, la consecuente parquedad lingüistica producida, como en un movimiento pendular de compensación, haya en la customización del lenguaje la condición de posibilidad para una reproducción de una de las estructuras lingüisticas subyacentes: la diversidad. La diversidad se perpetua por medio de la relativización del lenguaje que es utilizado a placer por propios y extraños. Los individuos adoptan el papel a las entidades nacionales y/o estatales en el regulamiento del idioma, y las leyes interpuestas por los organismos reguladores son indiferentemente eludidas.

La babelización invertida es el proceso mediante el cual progresivamente el "nuevo lenguaje" -tan denostado por unos, elogiado por otros- se va convirtiendo en un mecanismo de comunicación al mismo tiempo universal y totalmente indiferente. El momento en el cual la customización total alcance el caracter de caos no se producirá nunca gracias a la babelización invertida que permite en el centro de su estructura la existencia de elementos a-significantes, esto es, de elementos por todos conocidos y aceptados (taken for granteed) pero que nadie sería capaz de precisar su contenido. La babelización invertida no se caracteriza por una diferenciación, una divergencia, total de los sistemas de comunicación textual, sino de la convergencia de los mismos en un sistema al mismo universal e in-diferente. La in-diferencia producida en este caso no por la supresión de toda posible diferenciación, sino por la profusión de pequeñas diferencias "customizadas" -como trazos en un cuadro de Pollock-. "El riesgo no es la censura por privación de información sino rigurosamente lo contrario: la censura por saturació" (Paul Virilio, 1998). La funcionalidad del SMS es su amplio espectro potencial de significación que caracteriza su interpretabilidad. Sin embargo, aunque parezca paradójico, la motivación interpretativa del lector disminuye conforme aumenta la profusión de diferencias interpretables. La paciencia del intérprete es finita. Hoy día nos encontramos en el punto donde no es posible, ni deseado, discernir entre un error tipográfico de una voluntad de estilo, de tal modo que los flatus vocis y los deslices textuales son integrados dentro de la significación general del texto. En definitiva, se podría decir que el SMS tiende irredimiblemente al aumento exponencial de las diferencias textuales en la creación de un abigarrado diccionario de significantes sin significado, que no se caracterizan precisamente por su funcionalidad, y a la convergencia de las lecturas posibles en la elaboración de un canon interpretativo, este sí, funcional y totalmente estipulado.

La babel invertida es la imagen de la ciudad contemporanea donde todos utilizan un código que nadie intelige del todo, del cual todos, y por lo tanto ninguno, somos culpables y dueños. Capaz de asimilar en su seno un grado muy elevado de indiscernibilidad y de incomprensión, nos encontramos ante un sistema de interpretación textual que reduce la customización personal del lenguaje, el modo de la más profunda y subconsciente representación de la constitución identitaria del sujeto, a sus meras características funcionales, como si en definitiva todo fuera un mero error gramátical producto de la angustia del tiempo. Reducidos a un código sin significado, creando el gran columbario del la indiferencia; todos los SMS, no se porqué me da, avisan de que alguien va a llegar tarde.

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