No es que me cueste postear como años atrás. Nada de eso. Tampoco es moderación después de tanto descontrol rocanrolero. Es un asunto que me siento más cómodo trabajando con las imágenes que con las palabras. Aunque tengo la sensación que escribo para enfrentar la presión social de la omnipotencia de la palabra. Me refiero a la de los listillos que tratan a los artistas como subnormales porque supuestamente no saben desabotonarse la bragueta ni deletrear las gilipolleces del mainstream. Escribo como si estuviera en una trinchera expuesto a la muerte por fuego amigo. Tal cual. Creo que el punto medio entre las imágenes y las palabras, en mi planeta, son las pistas sonoras. Hace unas semanas hablé con Domingo, no recuerdo si fue por chat o skype -ya no hablamos tan seguido como antes pero andamos "conectados" como siempre- y me insistió en retomar las perillas. Y, bueno, me dije por qué no. Claro, ahora me dio por croonear. Nada de cortar y pegar, ni armar mashups de unos cuantos segundos, tampoco editar voces sacadas de contexto. Preferí ponerme a cantar baladas, de esas extrañas. Como la que he estado tatareando mientras redacto todo esto: "Lo sabes" del logroñés Sagrado Corazón de Jesús. O su "Balada del último Neardenthal" que guitarreada con mi mosrite a mal venir salió bastante cool.
sábado, 30 de mayo de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario