El rey del soul buscaba el momento adecuado para grabar: muchos de sus más grandes clásicos se hicieron en la carretera, entre actuación y actuación. No podía ser de otra manera. Brown se había ganado a pulso el título de "el trabajador más duro del mundo del espectáculo" debido a la intensidad de sus actuaciones y el número de conciertos: más de 300 en sus buenos años. Le gustaba alardear de la afilada precisión de sus bandas, sometidas a disciplina férrea, rayando lo militar: multas por retrasos, descuidos indumentarios, fallos musicales..
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